Esta transmision fue traida a ustedes por...

Afuera ningun auto se movia. Los pajaros volaban, el mapocho murmuraba y las nubes continuaban su implacable curso. Pero nadie caminaba ya a esas horas. Todos estaban sentados o parados, inmoviles, delante de una pantalla. Me dijeron que en el centro se formo una multitud reunida antes solo para eventos deportivos. En santiago todos estaban quietos En la pantalla se veia valparaiso, desordenado y bonito como siempre. Mas alla el horizonte y debajo de el, el mar que tranquilo te baña. En la pantalla aparecia ocasionalmente una persona corriendo, un helicoptero que se elevaba torpemente hacia el cielo. Otros se movian en ochos para darnos una mejor impresion de la ciudad. En valparaiso todos se movian. Quien haya visto documentales sobre hormigas podra recordar su similitud con rios, casi como si fueran rios solidos. Lo que se veia en las calles era casi lo mismo, rios de gente, moviendose de manera lenta, espantosamente lenta, hacia los cerros que ofrecian seguridad. Las camaras ofrecian todo tipo de angulos posibles desde lo mas alto de los cerros, algunos de ellos con unos zooms potentisimos. Otros, los mas, estaban destinadas a otras funciones cuando fueron reubicados: Habian sido llevadas para el festival de viña. Nunca antes en la historia de nuestro pais habiamos tenido la oportunidad de ver tantos angulos de una ciudad en vivo. Cambio de camara, desde el cielo, el gentio parece no avanzar entre la ciudad, en as partes de mas atras se observan cuerpos que ya dejaron de moverse. Ya nadie se acuerda que civilizacion tiene raiz comun con ciudad. Un fuego aparece en los edificios de mas abajo, autos son abordados por personas y terminan chocando, atropellando o volcandose en el camino. En santiago algunos cambian de canal. No es cadena nacional asi que se aprovecha para hacer zapping y ver los diferentes rostros del evento. Desde los estudios, los periodistas narran de lo que no saben, horrorizados por el comportamiento que ellos tendrian en la misma situacion. En segundo todas las emisoras emiten lo mismo: cinco f-16 volando en formacion a ras de suelo acercandose desde el mar tan rapido que forman una estela en las aguas, y luego una estela con los vidrios de las casas que rompen al pasar. En viña alguien dice que son los indicadores de lo que viene y que queda poco tiempo. El panico se consolida por fin. Todos acutan de la manera mas estupida posible tratandose de salvar, corren hacia los cerros descargando lo que han concluido son superfluas pertenencias. En santiago, las tomas aereas muestran como el mar se retira, como si alguien le hubiera sacado la tapa al oceano. Se pueden ver los barcos varados, algunos hierros oxidados que fueron navios y ya no lo son, y las antaño orgullosas fragatas de la armada. Los marinos no pertenecen a la tierra, y pronto abandonan los barcos. En valparaiso se observa que el horizonte sube. Alguien dice algo y todos miran, quietos por un momento hacia aquel que promete un futuro esplendor. Se eleva y se acerca rapidamente, casi tan rapido como los jets que pasaron hace no mas de dos minutos. Pero no tan rapido como el sonido que llega hacia ellos. En santiago este ruido se mezcla con el rugido de la poblacion que por fin parece moverse. La muchedumbre lo inunda todo en su afan de llegar hacia los cerros. Se cambia el plano, de nuevo se ve el horizonte y un grupo de personas que corre ignorando la camara. En valparaiso llega la ola, enorme como nadie antes la imagino, rapida como una bala, desintegrando todo a su paso con el poder de una bomba atomica. Desde santiago se observa que la ola es mas grande que los cerros donde se buscaba seguridad, arrastrando todo kilometros tierra adentro. Nadie mueve un musculo. La devastacion no lo permite. Todos quieren saber que paso, aunque nadie pueda hacer ya nada por ayudarlos. En lo que fue valparaiso, ahora solo hay escombros, nada mas se reconoce y una cosa queda: Uniformidad, por todas partes, lo mismo. Pasa el tiempo y nada pasa. En santiago ya ha pasado lo interesante, los telespectadores se aburren de ver lo mismo. Las emisoras se dan cuenta de esto, desesperadas repiten lo mismo, en los pasillos los celulares suenan. Los ejecutivos comandan y ordenan. Los de graficas mueven perillas. Por fin, algunos segundos despues aparece una banda, luego unas letras y por fin una leyenda que dice: "Esta transmision fue traida a usted en parte gracias a..."